El calabacín o Cucúrbita pepo L es una Cucurbitácea de un dudoso origen ya que hay bibliografía que sitúa su origen en América y bibliografía que sitúa su origen en Asia. Lo que sí parece estar más claro es que su llegada a Europa se produjo a principios del siglo XVI.
Botánicamente es una planta herbácea, anual y de porte rastrero. Su tallo es cilíndrico, grueso y muy áspero. Las hojas son de gran tamaño, de tipo palmeadas y de bordes en forma de sierra. Los pecíolos de las hojas son largos y están huecos recubiertos de pelos.
El sistema radicular está formado por una raíz principal y por raíces secundarias.
Se trata de una planta monoica, es decir, en el mismo pie se presentan flores masculinas y femeninas. Las flores son solitarias, axilares y acampanadas. La apertura y cierre de las flores es diaria.
Respecto al fruto, es una baya carnosa, unilocular que presentan formas cilíndricas y alargadas.
Por lo que se refiere a la parte climatológica, a diferencia de otras plantas, es menos exigente en lo que a temperaturas se refiere. Por ejemplo, para una óptima germinación, así como para un óptimo crecimiento y desarrollo vegetativo requiere temperaturas de entre 20-25ºC. Esto quiere decir, que temperaturas superiores a 35ºC e inferiores a 0ºC provocan daños en la planta.
Se adapta muy bien a todo tipo de terrenos, pero prefiere suelos de textura franca, fértiles y ricos en materia orgánica. Sin embargo, no se adapta bien a terrenos arcillosos, mal drenados y muy húmedos.
Uno de los problemas que presenta el calabacín es el deficiente cuajado de los frutos. La causa principal, entre otras, es la no coincidencia en el desarrollo y apertura de las flores masculinas y femeninas, ya que, generalmente, las flores masculinas aparecen antes que las femeninas.
Se adapta bastante bien a terrenos con valores de pH entre 5 y 7, pero prefiere suelos ligeramente ácidos, con valores medios entre 5,6-6,8. Con pH básico pueden aparecer síntomas carenciales, pero se pueden corregir con aporte de macro y microelementos.
Las extracciones medias para una producción media de 80.000-100.000 kg/ha oscilan entre:
- 200-225 kg, de nitrógeno (N).
La mayor parte del abonado nitrogenado se ha de aportar en cobertera, utilizando sólo la cuarta parte del total de unidades como abonado de fondo, es decir: 50-75 kg/ha de N.
- 100-125 kg, de fósforo (P2O5).
Se tiende cada vez más a repartir este elemento tanto de fondo como en cobertera y a partes iguales, no obstante, es preferible aportar 50-75 kg/ha de P2O5 como abonado de fondo y el resto en cobertera.
- 250-300 kg, de potasio (K2O).
Al igual que el fósforo, se aplica en forma fraccionada a lo largo del cultivo, repartiéndolo entre el abonado de fondo y el de cobertera. Utilizar el sulfato potásico como abono de fondo y el nitrato potásico en cobertera.
- Magnesio (MgO).
Se aplica todo el abono antes de la siembra o plantación y se requieren en torno a 50 ud de MgO por hectárea.
Una vez que tenemos claro cómo se puede incidir en una mejora nutricional para tener éxito, así como de qué manera se puede mejorar la floración y cuajado de los frutos, es importantísimo previo a un análisis de agua y de suelo realizar una estrategia de fertilización del calabacín.
Desde Tarazona, ponemos a disposición la amplia variedad de fertilizantes que cubren todas las necesidades nutricionales del cultivo y cumplen el principio de Fertilosofía®: fertilización eficiente y sostenible.
La importancia de la fertilización del calabacín
A la hora de maximizar la fertilización del calabacín, nuestra propuesta consiste en realizar un plan de fertilización con TARAVERT® SET, TARASOIL® FOSFOTECH DUO, TARAFOL® MEGA y DARWIN 11.5.43.
TARAVERT® SET es un bioestimulante con alto contenido en boro, molibdeno y aminoácidos diseñado para potenciar la floración y el cuajado haciendo aplicaciones cada 15-20 días tanto vía foliar como vía radicular.
TARASOIL® FOSFOTECH DUO es una fuente de fósforo eficiente para el cultivo e ideal para ser aplicada por goteo. También, su contenido en Mg lo hace aún si cabe más interesante.
Además, se puede emplear TARAFOL® MEGA, solución de nitrato de magnesio para cubrir de manera inmediata las carencias de magnesio del cultivo.
Para completar el plan de fertilización del calabacín, recomendamos realizar una nutrición con bioestimulante con la familia KRYSTAFEED® DARWIN, enriquecida con microelementos para corregir las posibles carencias nutricionales y con Ascophyllum nodosum, una fuente de algas que aportan al cultivo un efecto bioestimulante y de defensa en sus diferentes fases. DARWIN 11.5.43 es el equilibrio perfecto para un cultivo donde se pretende conseguir rendimientos importantes.
Nuestra recomendación siempre busca maximizar el rendimiento del cultivo a la par que es sostenible con el medioambiente, siempre en línea con nuestro principio de Fertilosofía®: fertilización eficiente y sostenible.